Discurso de Jorge Pompei en la presentación publica de Mundo Sin Guerras
Jorge Pompei en la presentación publica de Mundo Sin Guerras 28/05/96 en Buenos Aires, Argentina.
Como medico sanitarista mi campo de aplicación es la Salud Publica. Esto implica un interés dirigido a la compresión de la dimensión social y ambiental de los factores responsables de la enfermedad , la discapacidad y la muerte que afectan al hombre actual.
Estos factores ni son los mismos en todos lados, ni han sido los mismos siempre. Así mientras los países con menor desarrollo económico se debaten en la lucha contra las enfermedades agudas e infecciosas, complicadas por la pobreza, la desnutrición y la falta de instrucción, los países con mas desarrollo enfrentan el reto de resolver problemas complejos para los cuales no hay aun respuestas claras como las enfermedades crónico degenerativas y el envejecimiento de la población. A modo de ejemplo diré que uno de los temas que mas va a ocupar a la epidemiología de la próxima década es el crecimiento demográfico de la población de los mayores de 80 años y sus consecuencias en cuanto a la los nuevos perfiles de morbilidad y las necesidades de atención que esta población tendrá.
Por otro lado y hasta no hace mas de un siglo el mundo mas desarrollado sufría los problemas que caracterizan hoy al subdesarrollo. En los últimos ochenta años el mundo en general asistió a un avance como nunca antes en su milenaria historia. Nunca antes había sido tan palpable la posibilidad de vivir mas y mejor . Nunca antes se habían creado herramientas tan potentes para producir desarrollo social.
Es paralelamente a esta historia que la Salud Publica fue creciendo como una respuesta que permitiera llevar los avances de la ciencias de la salud al conjunto de la sociedad. Hoy día es éticamente insuficiente felicitarse por un nuevo descubrimiento que cure una enfermedad , si es que este no puede llegar a todo el conjunto social. Así las enfermedades retroceden en la medida que avanza el progreso científico, técnico y también social.
En este contexto nuestra mirada al futuro es esperanzada, pero no ingenua. Vemos que hay múltiples factores que dificultan el desarrollo pleno de la sociedad. Uno de ellos es la falta de una mayor justicia social que realice en la practica el principio de equidad , es decir dar mas a quien mas necesita, revirtiendo las diferencias a veces abismales entre distintos grupos.
Otro es la utilización de los recursos de la sociedad en direcciones ajenas o contrarias a sus intereses. Tanto en las guerras como en su preparación hay una fuerte inversión económica, que si se destinara al desarrollo podría potenciar el avance de una forma inimaginable
Es en este ultimo punto donde la violencia en general y las guerras en particular aparecen como grandes absurdos que traban el desarrollo en la medida que producen muerte y sufrimiento evitable y canalizan recursos en sentido opuesto al beneficio social.
Creo importante remarcar este punto. No es lo mismo una muerte inevitable que sobreviene cuando la ciencia ha llegado al limite de sus posibilidades, que cuando se asiste a la absurda muerte evitable de las víctimas de la violencia.
Entonces mientras la historia humana muestra un avance sostenido en términos de dominio de los factores naturales que producen enfermedad y muerte, gracias al avance científico técnico y social, también muestra un aumento exponencial de la capacidad de destrucción a partir del uso, desarrollo y acumulación de armamento sofisticado.
El mismo conocimiento que tan trabajosamente se aplica para construir una sociedad, puede aplicarse hoy para destruirla en instantes. Y este problema afecta tanto a regiones ricas como pobres, a sociedades desarrolladas o con escasos recursos.
Son los científicos, los técnicos y los intelectuales los que construyen las herramientas del progreso, pero también los que pueden desviar el sentido constructor de la ciencia, y utilizar el conocimiento que a lo largo de generaciones se fue desarrollando, en una dirección destructiva que abre al absurdo.
Dijimos que se ha avanzado en el dominio de las causas naturales que producen muerte y enfermedad, pero no se ha podido erradicar la guerra. La violencia no es un hecho natural , es resultado de la intención. La guerra es un hecho intencional, decidida en general por unos pocos y que afecta a muchos. Y son esos muchos los que tendrán que hacer oír su voz y hacer que gobierne el sentido y la vida.
En este sentido adherimos al Manifiesto de Sevilla sobre la Violencia. Y nos sentimos plenamente expresados en el documento del Nuevo Humanismo cuando plantea el problema de fondo : saber si se quiere vivir y decidir en que condiciones hacerlo. Creo que todos los que adherimos a la propuesta de MSG hemos tomado una decisión en este sentido, y creo que los universitarios en general y los científicos en particular estén llamados a tener un rol fundamental en la puesta en marcha y desarrollo de acciones que, como esta campaña, apuntan a concretar este anhelo de paz.
El Congreso Internacional "CIENTIFICOS POR UN MUNDO SIN GUERRAS" que se llevara a cabo a finales de 1999 es una clara referencia en esta dirección. Auspiciado por la mayoría de las Universidades e Institutos de Investigación del mundo, tendrá que ser un ámbito para que científicos de todos los países puedan hacer su aporte desde distintos campos orientado a esta aspiración de que acaben las guerras. Es en este contexto y en el caso de nuestro país que quisiéramos proponer:
1ro Realizar las primeras Jornadas preparatorias para este congreso en el mes de Noviembre del corriente año.
2do Invitar a todas las Universidades, Escuelas Superiores y Sociedades Científicas a que designen un representante para participar en la organización de las Jornadas, del Congreso de 1999 y para difundir estas ideas.
Por ultimo quisiera terminar esta intervención, recordando la propuesta que hiciera un científico y humanista italiano, el Dr. Salvare Pulleda en ocasión del homenaje a Galileo Galilei, fundador de la ciencia moderna, y que se realizara en el invierno de 1989, frente a la iglesia de Santa Croce en Florencia, donde se encuentra su tumba .En esa oportunidad y en el contexto de un encuentro para el desarrollo de un Nuevo Humanismo, donde tuve el gusto de participar con representantes de gran cantidad de países, el Dr. Pulleda concluyo el homenaje diciendo:
"...Ciertamente sabemos que tantos otros hombres y mujeres han utilizado la nueva ciencia para aliviar la fatiga y el hambre, el dolor y el sufrimiento de la Humanidad, para arrancar la mordaza de la boca de los oprimidos, para darles voz y darles confianza. Pero también sabemos que hoy, mientras el segundo milenio de occidente se curva hacia el ocaso, la supervivencia de toda la especie humana esta amenazada, y sobre la tierra, nuestra casa común, se cierne la pesadilla de la catástrofe ecológica. Es por ello que nosotros, llegados desde todos los rincones de la tierra pedimos aquí, frente al edificio que guarda la tumba de Galileo, pedimos a todos los científicos de la Tierra que finalmente la ciencia se utilice para exclusivo beneficio de la humanidad.
Con la voz que se quito a Giordano Bruno, y como a el, a millones de oprimidos, con esa voz que hoy resuena en esta plaza, lanzamos este llamado: que en todas las Universidades, en todos los institutos de investigación , se instituya un voto solemne - análogo al de los médicos creado por Hipocrates en los albores de Occidente - de utilizar la Ciencia solo y exclusivamente para vencer al dolor y al sufrimiento, para Humanizar la Tierra. "
MUNDO SIN GUERRAS - Centro Cultural General San Martín Buenos Aires 28 de Mayo de 1996